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EXCLUSIVO: Habla hermano del Sacerdote René Benavides Rives acusado de Pederastìa

Protege A Tus Hijos
September 7, 2010

http://www.protegeatushijos.org/inicio/2010/9/7/exclusivo-habla-hermano-del-sacerdote-rene-benavides-rives-a.html

René Benavides nació en Los Andes en el seno de un matrimonio constituido por el suboficial de Carabineros, René Benavides Muñoz; y una devota católica, Eliana Rives Hernández -ambos fallecidos-, quienes al tiempo se trasladaron al Puerto de Valparaíso donde nació un segundo hijo, Sergio Antonio.

Si algo hay en común, en los relatos de personas que accedieron a conversar con “El Observador”, es la descripción de un personaje complejo, con un carácter rebelde, autorreferente y con un carisma y poder de convicción poco comunes.

Este carácter, su habilidad para manejar masas y su poder de convocatoria, pronto lo convirtieron en un personaje tan popular, que atrajo incluso a conocidos personajes públicos a sus misas de sanación que –describen- “realizaba una vez al mes y donde decía tener visiones e imponía sus manos a los fieles”.

“Personajes como el actor Benjamín Vicuña, la actriz Liliana Ross -a quien casó-, Palmenia Pizarro, Raquel Argandoña, Claudio Moreno (actor de “Guru Guru”) e incluso hasta Lucía Pinochet Iriarte y mucha gente del barrio alto de Santiago, figuraban entre sus fieles”, detalló Sergio Antonio Benavides Rives (46).

Se trata de su hermano menor, quien accedió a conversar en exclusiva con “El Observador”.

En el mismo tenor, Sergio Antonio comenta que, si bien por cosas del destino tuvo que compartir durante nueve años su casa con su hermano René, en Los Andes, eso “fue especialmente para acompañar a mi madre que estaba enferma de cáncer”.

En ese tiempo -dice- le tocó ser testigo de los aspectos más humanos, complejos y contradictorios de su hermano.

“Hay cosas, si todo esto es verdad, que vistas en retrospectiva podrían cuadrar con ese perfil. Por ejemplo, su excesivo celo con sus cosas personales; sus varias chapas en la puerta de su pieza; que nunca prestaba su computador; su caja fuerte; o que se ausentaba por varios días sin dar señales. Una de las veces que presencié algo raro, fue cuando una vez le abrí el portón de la casa para que entrara su auto y observé a un joven recostado en el piso, bajo los asientos de la parte trasera del auto. Él me dijo que el adolescente se había quedado dormido ahí. Yo no sabía qué pensar, pues había escuchado rumores al respecto, no prestándole mayor atención en ese momento”, recuerda el propio hermano del Sacerdote.

Sergio agrega que siempre tuvo diferencias cruciales con el sacerdote, ya que “si bien compartíamos la misma casa, trataba de no involucrarme demasiado en las actividades de la iglesia”.

Relata, además, que nunca creyó demasiado en sus dones de sanación y sus facultades de exorcista, ya que era testigo de las “tras bambalinas” de su vida privada, que -asegura- distaba mucho de la personalidad que mostraba hacia sus fieles.

“Tenía problemas con el alcohol, incluso un par de veces iba camino a celebrar misa en evidente estado etílico. Él muchas veces no mostraba la misma cara en la iglesia, como dentro de la casa. Por ejemplo, para afuera se comportaba cariñoso con mi madre, pero dentro de la casa era absolutamente frío y en momentos hasta agresivo”, relata.

A ello se suma la particular manera de dar sermones, donde las historias autorreferentes eran tema central.

“Por ejemplo, relataba episodios de nuestra vida familiar que nunca sucedieron, sobre todo lo relacionado con temas como la armonía familiar y esas cosas, que rozaban en la perfección, siendo que nuestra familia era totalmente normal, con cosas buenas y otras malas, como todo el mundo”, indica.

Sergio Antonio comenta: “No creo que todas estas personas estén mintiendo”. Sin embargo, insiste en que nunca fue testigo presencial de los actos que se denunciaron y que todo lo que sabe sobre el asunto ha sido a través de terceras personas y hasta supuestas víctimas y amigos que lo han visitado en su lugar de trabajo.

“A mi lo que me sorprende es que tanta gente que sabe cosas y que incluso se han acercado a mi a contarme detalles de los hechos, aún sigan vinculados a él. Es mi hermano y por tal existe un lazo afectivo que no se puede evitar, pero sabiendo detalles de su vida, que por no tener prueban tangibles no puedo detallar, me inclino a pensar que irremediablemente que lo que se dice de él es verdad.

Las últimas conversaciones con él, y esto ya hace años porque desde la muerte de nuestra madre nos alejamos definitivamente, yo le preguntaba, cara a cara, si todo lo que se decían de él era cierto, pero siempre me lo negó rotundamente. Pero yo nunca le creí. Estoy completamente cansado de esta situación, me han llamado de todos lados, porque sé que incluso hay personas que piensan que yo era testigo de estas cosas, pero de la persona que más se cuidaba era de mi”.

Sergio concluye: “Porque yo soy papá y él sabe lo que pienso de las personas que dañan a los niños. Ojala que esto se acabe pronto para que todos los involucrados en esta situación puedan descansar de una buena vez. Hoy me alegra que mis padres -sobre todo mi madre- hayan partido, aunque suene fuerte, pero es mejor así, para que no estén viviendo este humillante infierno que vivo junto a mi familia, cercanos y sobre todo a las supuestas víctimas y gente que tanto lo querían y que él defraudó descaradamente”.

www.observador.cl



 
 


 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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