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Pablo Lezama, enfermo de Párkinson
El Papa acepta la renuncia del arzobispo de Antofagasta
Cambios en el episcopado chileno

por Jaime Escobar, en RyL
periodistadigital.com
11 de enero de 2016

http://www.periodistadigital.com/religion/america/2016/01/11/el-papa-acepta-la-renuncia-del-arzobispo-de-antofagasta-religion-iglesia-chile-parkinson.shtml

Por este tema de sucesión obispal y otros pendientes -como el de Rancagua- resulta altamente positiva la reciente cumbre celebrada en Roma entre el Papa Francisco y los máximos directivos de la conferencia episcopal chilena
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Monseñor Lizama, arzobispo de Antofagasta

Según altas fuentes de la curia vaticana, pronto el Papa Francisco nombrará un nuevo arzobispo para la arquidiócesis de Antofagasta, ubicada al norte de Chile.

Producto de una enfermedad progresiva -Parkinson- el arzobispo de Antofagasta presentó su renuncia anticipada a la Santa Sede, siendo esta aceptada a fines de 2015. Todo este trámite que rige la permanencia de los obispos en sus diócesis se llevó a cabo mediante la Nunciatura apostólica en Chile a cargo de monseñor Ivo Scapolo.

Don Pablo Lizama Riquelme, es querido y respetado en toda su extensa zona eclesiástica que contempla ciudades populosas como Mejillones, Tocopilla, Baquedano, María Elena y Taltal. Llegó a esas tierras nortinas hace 12 años y deja una huella profunda cuya característica es trabajar codo a codo con las comunidades cristianas,movimientos apostólicos, instituciones diversas, colegios y mantener una interlocución permanente con todo el clero y religiosas arquidiocesanas.

La ciudadanía de Antofagasta reconoce en don Pablo Lizama, la capacidad de escuchar todos los problemas que aquejan a las personas, también saben de su intensa agenda que prioriza las visitas parroquiales y las inquietudes de los jóvenes y pobladores en situación de exclusión social. Destaca también su atención y preocupación sobre la praxis de la Universidad Católica del Norte y la labor de los dos Santuarios marianos de su jurisdicción.

En Roma, hoy se conoce bien la realidad compleja de la Iglesia chilena, atravesada por escándalos de pedofilia, una inquietante baja en la feligresía que asiste a las misas dominicales, pérdida de credibilidad ante la opinión pública nacional y los variados efectos negativos que ha sufrido la jerarquía de la Iglesia por el "caso Karadima".

Este es el principal punto negro que enfrenta la jerarquía de la Iglesia, ya que no se entiende que haya sido la Santa Sede la que condenó por abusos sexuales a Fernando Karadima y no fuera una instancia chilena, sea esta del ámbito eclesial o jurídico. Esa herida abierta aun no logra sanar ni ha traído la paz.

En este delicado contexto y considerando los estragos y desunión que motivó la designación inconsulta del obispo Juan Barros en la diócesis de Osorno, se ve con interés y expectación el inminente nombramiento de un nuevo arzobispo para Antofagasta. De hecho, ha sido el propio pastor -don Pablo- quién recientemente señaló el perfil que debiera caracterizar a su sucesor: "Debe tener experiencia pastoral, más que conocimientos...".

Por este tema de sucesión obispal y otros pendientes -como el de Rancagua- resulta altamente positiva la reciente cumbre celebrada en Roma entre el Papa Francisco y los máximos directivos de la conferencia episcopal chilena. Es de esperar que el cardenal Ricardo Ezzati y don Alejandro Goic, explicaran con claridad y precisión lo que realmente espera el pueblo de Dios de sus pastores en Chile. Es decir, dejar atrás ese ambiente de desconfianzas, secretismo e incertidumbres que genera el exceso de autoritarismo eclesial y el afán de tejer intrigas o condenas a priori, cuando no hay motivos para esas acciones reñidas con el espíritu cristiano de armonía, diálogo y entendimiento.

En este contexto eclesial, resultan altamente atendibles las ponderadas reflexiones de don Pablo sobre el perfil a considerar para quién, en definitiva, llegue a la arquidiócesis de Antofagasta: " Es deseable que haya trabajado en parroquias y movimientos -de Iglesia-...Y debe ser conocido por el clero, a fin de trabajar por la unidad de éste...".
Esperamos que la Nunciatura apostólica, junto a la Congregación para los obispos a cargo del cardenal Marc Ouellet, propongan una terna irreprochable al Santo Padre Francisco y de este modo, se pueda nombrar a un sucesor de continuidad y a la altura del buen pastor y hombre de diálogo que ha sido don Pablo Lizama, que fiel a su emblema episcopal: "Me he hecho todo para todos" (1ª Cor. 9), ha sido siempre un auténtico Servidor.


 



 
 


 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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