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  Un Mundo Con Curas Pero Sin Periodistas

By Por Augusto Álvarez Rodrich
LA Republica
May 19, 2010

http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/17/05/2010/un-mundo-con-curas-pero-sin-periodistas

La prensa hace la tarea que la Iglesia Católica no ha hecho.

Hizo bien Juan Luis Cipriani al pedir que la justicia procese al sacerdote belga acusado de pedofilia y que ahora trabaja en Moquegua, pero se equivoca al criticar a la prensa por difundir la noticia.

Según la denuncia periodística, Jef Van Den Ouweland fue acusado en Schoten, Bélgica, por abuso sexual de por lo menos tres menores entre 1982 y 1983. Luego, el sacerdote abandonó su país y, desde hace dos décadas, dirige una institución educativa en el distrito de Ichuña, provincia de Sánchez Cerro, donde también oficia misas, dirige ceremonias y enseña idiomas.

La justicia belga había archivado el expediente pero este debió ser reabierto porque, en el año 2003, uno de los abusados lo denunció ante el Comité contra el Abuso Sexual. Él había recibido 106,845 euros en 2006 para asegurar su silencio.

Pero el sábado pasado el diario belga De Morgan informó lo ocurrido, incluyendo el comentario del obispo de la diócesis de Amberes, quien le dijo a la víctima: "Creo que hay una gran suma de dinero recibida; espero que sepas ser agradecido".

Ante ello, el cardenal Cipriani dijo lo siguiente el sábado: "No he leído la noticia ni sé nada, pero qué ganas de armar escándalo. Si hay un sacerdote belga en no sé qué lugar del Perú y, por lo visto, tiene acusaciones, bueno, tendrá que dar cuenta ante la justicia de su país y ante su obispo", y luego demandó a la prensa "un poquito más de orden" para dar esas noticias pues, en su opinión, esto afecta a miles de sacerdotes y monjas que en todo el país hacen una buena obra.

Si la Iglesia Católica tuviera una trayectoria comprobada de procesar las denuncias de pedofilia con diligencia y responsabilidad, Cipriani tendría razón. Pero no es así pues la iglesia ha mostrado vocación –como lo comprobó la denuncia de The New York Times– por el encubrimiento de la pedofilia en su interior para salvar a los curas y perjudicar a los niños violados.

Estas denuncias no perjudican a los miles de curas y monjas que, sin duda, sí hacen una buena labor, sino que los ayuda para que no sean confundidos con los pervertidos que también existen, lamentablemente, en el interior de la Iglesia Católica.

Eso demanda identificarlos, denunciarlos, expulsarlos y colaborar con la justicia. Esa labor que debió haber hecho –y no hizo– la iglesia, es la que está haciendo ahora la prensa. Lo que debiera indignar a Cipriani es por qué la iglesia belga, para salvar a uno de sus miembros, nos mandó a este pervertido al Perú.

P.D.– ¡Error!: La cita incluida ayer en mi columna sobre los desnudos no era de Karen Dejo, como señalé, sino de la artista Maricarmen Marín.

 
 

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