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  Iglesia Catolica Y Abusos Sexuales: El Nuevo Protocolo

By Mauricio Hoffman
The Terra
April 27, 2011

http://www.terra.cl/actualidad/index.cfm?id_cat=302&id_reg=1639711

La Conferencia Episcopal dio a conocer el nuevo protocolo ante denuncias por abusos de menores.

La imagen da cuenta de los nuevos tiempos.

Mientras el secretario general de la Conferencia Episcopal y obispo auxiliar de Valparaiso daba a conocer el nuevo PROTOCOLO ANTE DENUNCIAS CONTRA CLERIGOS POR ABUSOS DE MENORES, la pagina web de la Iglesia Catolica chilena ya publicaba la informacion de prensa y el texto integro del documento.

Ocurre 15 dias despues de la ultima asamblea plenaria de los obispos en Punta de Tralca. No es un detalle menor. Estamos ante una rapidez no conocida antes en la Iglesia.

Han cundido en las primeras horas despues de este hito los titulares que apuntan a los procesos canonicos, a la posibilidad de que se alarguen los plazos de prescripcion de los delitos sexuales cometidos por sacerdotes, a la comision de religiosos y laicos que se haria cargo de estos temas desde ahora en adelante.

Todo eso esta muy bien, y debemos comprender que se trata de tiempos muy dificiles para la institucion, de momentos desafiantes para los jefes de la Iglesia, de un verdadero trauma para millones de catolicos. Aqui y en el mundo. Hay una nueva actitud de la Iglesia Catolica frente a estos temas, y probablemente muchos digan que en estos anos (en algunos paises antes; en otros, como en Chile, al parecer despues) se esta viviendo un gran cambio en ella.

Pero a mi juicio, desde un punto de vista de la sociedad y de lo que podemos analizar en los medios, no es eso lo mas relevante ahora. Dejemos a los historiadores de la Iglesia, a los canonistas, a los vaticanistas o a los opinologos de la Iglesia el analisis de lo que este Protocolo significa para la institucion, para el clero y para la feligresia.

En mi opinion, lo relevante en lo concreto y en estos dias, queda explicito en una frase instalada en las primeras lineas del nuevo documento: "Con caridad, pero con justicia".

La caridad, que se relaciona para los cristianos con el amor a Dios por encima de la simpatia que podamos sentir hacia nuestros semejantes, tendria que entenderse a la luz del Protocolo extendida no solo a los victimarios, sino (?al fin!) hacia las victimas. Y lo mismo la justicia. Justicia en sentido amplio, segun se comprende al leer el documento completo, y no solo justicia canonica.

Ese es el aspecto que interesa hoy. Dicho de otra forma, que la Iglesia viva su complejisimo problema por dentro y en los tiempos que le tome, que pueden ser largos. A nosotros, ciudadanos, y no solo catolicos, hoy nos importa mas la nueva transparencia, la obligacion explicita de denunciar los delitos a los tribunales ordinarios, la no obstruccion a la Justicia. Eso es lo que cuenta en un estado de derecho donde las victimas de todo delito y la sociedad entera merecen justicia.

"Es total nuestro compromiso de velar incesantemente porque estos gravisimos delitos no se repitan", dice el documento.

Claramente, es otro lenguaje. Cuanto costo que nuestros jerarcas eclesiasticos llamaran a las cosas por sus nombres. Hace casi una decada ya el Papa Juan Pablo II habia hablado con todas sus letras de "crimenes" refiriendose a los abusos sexuales cometidos por miembros del clero. Pero que dificil parecia asumir la gravedad de los hechos y usar los terminos correspondientes. Delitos. Crimenes. Que eso es lo que son.

"Para enfrentar este tipo de delitos aberrantes...", abunda el Protocolo.

Una novedad del documento es la celeridad que se impone a la reaccion de las autoridades de la propia Iglesia cuando tengan "noticia" de abusos. Y se entiende por "noticia" todo nivel y calidad de informacion que ellas reciban; no solo denuncias formales por escrito con siete copias. No; incluso ante rumores van a tener que reaccionar y comenzar a investigar.

Un punto clave es que esa obligacion va acompanada de otra, igualmente expresa: la de "no desconocer" el cumplimiento de las leyes civiles desde las "etapas preliminares". Esto es, junto con los primeros pasos apenas recibidas esas "noticias" de algun abuso (incluso rumores), se debera considerar la denuncia ante la justicia penal ordinaria.

Una senal clara de esta nueva actitud frontal y proactiva esta reflejada en la siguiente oracion: "El mero traslado de diocesis nunca puede ser considerado como una medida preventiva o como pena penal medicinal suficiente". Un verdadero "nunca mas", debieramos concluir. Porque esos recurridos traslados bajo cuerda solian ser el instrumento del encubrimiento y la evasion de la justicia.

Un aspecto mas polemico del Protocolo de los obispos esta contenido en afirmaciones como que "la Iglesia no es una corporacion privada; asi tampoco esta sometida a Estado alguno"... o "la presencia de la Iglesia no se encuentra circunscrita a los limites territoriales de los Estados".

Pero el numero 38 del documento lo aclara todo: "Nada exime a un clerigo de responder por sus actos ante la justicia civil". Es mas: "El hecho de ser un ministro de la Iglesia no exime de este deber; por el contrario, moralmente lo refuerza".

Se entiende asi que la Iglesia busca delimitar un campo de accion propio en el que nadie tendria que entrometerse (determinado ademas por su condicion de institucion universal mas alla de las fronteras entre Estados), pero finalmente no desconoce y, al contrario, reivindica y acata, el orden civil y el estado de derecho. Una cosa no quita la otra.

Cuesta recordar otro documento donde se dijera tan nitidamente que los clerigos son ciudadanos y tienen que cumplir, obviamente, con todo lo que debemos cumplir todos los demas ciudadanos.

Los obispos imponen a todos quienes tengan las responsabilidades senaladas por el Codigo Penal (no por las leyes canonicas) la obligacion de denunciar los abusos a los tribunales ordinarios... ?dentro de 24 horas! de recibida la informacion de un posible hecho criminal de esta naturaleza.

Y deja aun mas claras las cosas al senalar que "participan en el delito como encubridores" quienes dificulten la investigacion de los hechos "y quienes alberguen, oculten o proporcionen la fuga del culpable".

Finalmente, el Protocolo refleja otra actitud no conocida hasta hoy: La Iglesia debe ayudar a las victimas incluso a encontrar abogado para la causa penal en la justicia ordinaria.

Mas alla del necesario debate, el documento alcanza niveles de claridad sin precedentes y, por si hay dudas, incluye hasta un glosario y un grafico de las etapas a seguir para acoger cualquier informacion sobre abusos sexuales, indagarla y denunciar a la justicia.

Nunca se habia abordado de esta forma el tema.

Este 26 de abril se marco un antes y un despues.

 
 

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