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Spotlight: 7 casos argentinos de pedofilia que aparecen en la película

TN
March 13, 2016

http://tn.com.ar/sociedad/spotlight-detras-de-la-lista-del-final-de-la-pelicula-7-pedofilos-de-argentina_658205


[Spotlight: The names of seven Argentine priests, accused of molesting minors. appears at the end of the film.]

El sacerdote Héctor Pared murió de SIDA  en el 2003 después de haber sido condenado a 24 años de prisión por abusos sexuales cometidos contra adolescentes internados en el Hogar Hermano Francisco de Quilmes.

Alojado en el penal de Olmos, el cura seguía oficiando misa, y su estado de salud era mantenido en secreto por sus superiores en la Iglesia y por el Servicio Penitenciario.

Los miembros del tribunal que lo condenó afirmaron que su enfermedad podría haber sido considerada un agravante en el momento del fallo. Sus víctimas revivieron el trauma al ser sometidas a análisis de HIV años después del delito.

MORÓN: GRASSI, PODER, FAMA E IMPUNIDAD

El sacerdote Julio César Grassi había creado la Fundación Felices los Niños, que en su sede principal y sus hogares en varios puntos del país, asistía a más de 6000 chicos.

 Con sus influencias, había logrado mantener paralizada una denuncia por abuso sexual en la justicia de Morón.

Finalmente, en octubre del 2002, un muchacho que había estado alojado en la Fundación cuando niño lo denunció por abuso y corrupción.

La imagen del cura, que gustaba de mostrarse en programas de televisión y cultivaba relaciones con políticos, empresarios y personajes de la farándula, había sido inmaculada hasta ese momento.

Hubo acosos, intimidaciones, intrigas y amenazas.

Emprendió una campaña en su defensa que incluyó, además de un ejército de abogados, el descrédito de los adolescentes y  los testigos que lo acusaban. Hubo acosos, intimidaciones, intrigas y amenazas.  Grassi alegaba la existencia de múltiples complots en su contra.

Dos jóvenes más que alegaban haber sido abusados por Grassi se sumaron luego al proceso.

A pesar de haber sido condenado en primera instancia a quince años, gozó durante largo tiempo de prisión morigerada, una situación muy similar a la libertad. 

Vivía en una quinta frente a la Fundación, desde donde manejaba los hilos de su funcionamiento.

Cuando  finalmente fue enviado a la cárcel de Campana, se reveló que desviaba donaciones de la fundación al penal para garantizarse condiciones de detención privilegiada, que incluían visitas ilimitadas y el uso de teléfonos celulares.

PILAR: SASSO Y UNA CLÍNICA PARA ABUSADORES

El padre Napoléon Sasso ya había tenido inconvenientes serios relativos a su conducta sexual en otra diócesis cuando llegó a un barrio pobre de Pilar.

En las escalinatas de una parroquia donde funcionaba un comedor popular, una religiosa vio que una nena lloraba.

Cuando le preguntó qué le pasaba, la respuesta confirmó sus sospechas.

Sasso estaba abusando sexualmente de niñas a cambio de las viandas que les daba y de otros favores  hechos a sus familias necesitadas.

Estuvo en una clínica de la Iglesia en Tortuguitas, Domus Mariae, donde iban a parar sacerdotes pedófilos. 

Había estado un tiempo recluido  y en tratamiento en una especie de clínica de la Iglesia dirigida por el padre Pedro Marano en Tortuguitas, Domus Mariae, adonde iban a parar sacerdotes con adicciones, depresiones o pedófilos.

Después de algunos meses de tratamiento, eran reubicados en otra ciudad. Según su responsable, venían de “toda Latinoamérica”. 

Otro de los acusadores en la causa judicial, un sacerdote médico psiquiatra, había recibido de sus superiores un ofrecimiento de trabajar allí, pero lo rechazó.

Sasso intentó fugarse a través de la provincia de Misiones con la ayuda del entonces obispo de Zárate Campana, Monseñor Rey, que lo proveyó de un auto y dinero, pero fue detenido y condenado a  17 años de prisión. Después de un juicio canónico en el Vaticano, el obispo renunció.

BUENOS AIRES: PICCIOCHI, LA LUCHA DE SU VÍCTIMA

Sebastián Cuattromo tenía 10 años cuando fue abusado sexualmente por un profesor de la escuela religiosa de un barrio de clase media a la que asistía, el colegio Marianista, de Caballito.

Se sentía amenazado de ser excluido de las aulas por supuesta mala conducta y vivía angustiado por esa posibilidad.

Fue entonces cuando Fernando Picciochi, hermano de la orden religiosa  y docente, le dio una supuesta “ayuda”.

Le dijo que si durante la estadía en una colonia de verano en Córdoba se “portaba bien”, iba a hacer un buen informe para que no lo separaran de la escuela.

Habían tratado de lograr el silencio de Sebastián con un arreglo económico.

En el viaje, con el chico lejos de su familia y bajo su tutela, se concretó el abuso.

Sebastián no fue el único elegido por el religioso, pero sí el que con mayor fuerza de voluntad, muchos años después, persiguió justicia.

Después de la denuncia, Picciochi huyó del país. Con insistencia, su víctima monitoreó la investigación de Interpol, su localización y detención en Los Angeles y luego el proceso de extradición.

Picciochi fue condenado a doce años de prisión por corrupción de menores calificada y reiterada. Antes, las autoridades eclesiásticas habían tratado de lograr el silencio de Sebastián con un arreglo económico.

La víctima había pedido ser recibida por el entonces monseñor Bergoglio, en Flores, pero solo consiguió una entrevista con su secretario, que le aconsejó "perdonar".

BERAZATEGUI: PARDO Y LA EDUCACIÓN SEXUAL

Huérfano de padre, un adolescente de 15 años hijo de una madre catequista, eligió al padre Rubén Pardo de la parroquia San Cayetano, de Berazategui como referente masculino.

Fue precisamente esa madre quien le pidió al sacerdote que hablara con él de sexualidad, porque a ella le resultaba difícil.

El chico fue a pasar la noche a la iglesia. El cura, con la excusa de que hacía frío, lo invitó a dormir en su cama. Abusó sexualmente de él y lo amenazó para que guardara silencio.

La víctima hizo la denuncia de inmediato, pero el religioso contó con apoyo del obispado de Quilmes, a cargo de Luis Stökler, que solamente “amonestó” al cura y le pidió que se mudara de la jurisdicción.  

Pardo fue alojado, según consta en el expediente, en la Vicaría de Flores. A la mamá del chico abusado, la instó a ser “misericordiosa”.

Pardo falleció, pero la justicia, en un fallo sin precedentes, ordenó a la iglesia pagar una indemnización a la víctima y a su madre.

SALTA: de ROSSI, UN PEDÓFILO IMPORTADO

Un cura italiano que trabajaba en barrios vulnerables con jóvenes adictos en el barrio Islas Malvinas de Salta fue acusado de crímenes sexuales contra un número indeterminado de menores. Se hablaba incluso de “sexo grupal”.

Se trata de Alessandro de Rossi, de 45 años que alegó que se trataba de “una venganza”.

Cuando se ordenó su captura, en diciembre del 2014, ya había vuelto a Roma. Allí se desempeñaba en una iglesia frecuentada por políticos, la San Luis Gonzaga. Cumplió arresto domiciliario.

LEÉ TAMBIÉN │ Detienen en Roma a un sacerdote acusado de abuso de menores en Salta

Su extradición a la Argentina fue denegada por la justicia italiana “por falta de pruebas” y fue liberado en octubre de 2015. El Vaticano había comunicado su “dolor y desconcierto” cuando fue detenido. La decisión judicial todavía no está firme.

PARANÁ: LLARAZ Y LA DESTRUCCIÓN DE LA FE

La Corte Suprema debe resolver si confirma la condena contra Justo José Ilarraz, un cura que abusó de un gran número de jóvenes en el Seminario Menor de Paraná, Entre Ríos ente 1984 y 1992.

A pesar de que los testigos son siete, se sospecha que los agredidos por el religioso fueron más de 50 niños y adolescentes de entre 10 y 14 años  de familias profundamente creyentes, que habían optado por la vocación religiosa.

 El obispo, monseñor Estanislao Karlic, fue acusado de no informar de los hechos a la justicia.

Se sospecha que los agredidos por el religioso fueron más de 50.

El Papa Francisco habría ordenado que la justicia eclesiástica diocesana de Santa Fe se ocupara del caso, en el marco de  lo que declaró es “una campaña contra la pedofilia” a nivel mundial en la Iglesia.

La causa  en los tribunales avanzó con dificultades, hasta que la corte entrerriana declaró que los delitos eran imprescriptiblesEs decir, que pueden ser juzgados a pesar de que transcurrieron ya treinta años. 

La Corte Suprema de la Nación ya devolvió el expediente a la justicia entrerriana.




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