El joven que llevó al Vaticano el «caso Romanones» de supuestos abusos sexuales en la Archidiócesis de Granada pide 26 años de prisión para el padre Román, único inculpado en la causa.

La acusación particular pide la pena máxima, 10 años, por el supuesto delito de abuso sexual continuado con acceso carnal que ya delimitó el fiscal en su escrito provisional de acusación. Además, el representante de la supuesta víctima solicita 8 años más de prisión por la presunta comisión de cada uno de los dos delitos de abusos sexuales con penetración anal que habrían tenido lugar en 2006 y 2007 según lo referido durante la instrucción por el chaval que era menor de edad cuando sucedieron los hechos.

Así lo ha especificado a ABC, Jorge Aguilera, el abogado que representa al joven que hoy tiene 26 años y vive fuera de Granada, donde, en una parroquia del barrio obrero del Zaidín, entabló relación con el padre Román y un grupo de sacerdotes y seglares que en un principio estuvieron encausados en el «caso Romanones» si bien quedaron fuera de la causa por estar prescritos los delitos que se les investigaban.

La parte que defiende los intereses del denunciante mantiene la solicitud de 50.000 euros en concepto de indemnización, de la que habrá de responder el Arzobispado de Granada como responsable civil subsidiario, en caso de resultar condenado el padre Román para el que quien habría sido su víctima también pide una orden de alejamiento y de prohibición de las comunicaciones por 20 años. Son 10 más de los que solicitó la acusación pública.

La Fiscalía de Granada pidió hace un mes pena 9 años de prisión para el procesado considerando que hay indicios de que el abuso sexual fue continuado ya que al menor lo «obligaba a masturbarle tras realizarle un masaje corporal so pretexto de relajarse». Incluso «logró introducirle un dedo en el ano con el pretexto de hacer más excitante el contacto», indica el escrito del Ministerio Público en lo que es la base para la agravante de acceso carnal.

Si el fiscal estipula que «por el rechazo» del menor, el procesado no consiguió penetrarlo, la acusación particular se atiene a lo declarado por el chaval para incorporar a su petición de pena provisional que la introducción del miembro viril se llegó a producir en dos ocasiones. Son hechos «diferenciables» que así han de juzgarse, ha explicado Aguilera.

El Ministerio Público detalló en su escrito que la «vinculación emocional» del menor de edad con Román «se intensificó mucho» por la convivencia que empezó en la casa parroquial y posteriormente en inmuebles de Granada, Salobreña, y la urbanización Los Pinillos, en Cenes de la Vega, propiedades conjuntas de los Romanones.

Su «ascendencia moral» pudo ser «fue aprovechada por el procesado a partir de la tercera o cuarta estancia nocturna de éste en la casa para hacerle tocamientos con propósito sexual, a quien obligaba a masturbarle tras realizarle un masaje».

Estosactos, que se remontan a 2004, cesaron al abandonar la víctima el contacto con este grupo de convivencia en 2007, al sostener una discusión con el padre Román cuando se enteró de que el chaval tenía novia.

Ya en 2014 denunció el caso tras ponerlo en conocimiento del Papa Francisco. El letrado que defiende al sacerdote granadino, Javier Muriel, indicó en su momento que solicitará la «libre absolución de don Román con expresa condena en costas» al joven denunciante por «su nefasta mala fe procesal».