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Estremecedores relatos de sus víctimas | Indignación por el nuevo caso de un cura abusador protegido por el Vaticano

Hora 22
December 20, 2016

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[Shocking Stories of Their Victims | Indignation for the new case of an abuser priest protected by the Vatican. Priest Agustin Rosa had been removed by the Vatican from the management of the Santa Cruz Church in Salta for lack of funds, abuse and drug use. They did not prosecute him and hid the case.]

Había sido apartado por el Vaticano del manejo de la Iglesia Santa Cruz en Salta, por desmanejo de fondos, abusos y el uso de drogas. No lo denunciaron penalmente y escondieron el caso.

Un nuevo y gravísimo escándalo golpea a la Iglesia Católica y sus seguidores por denuncias de abuso sexual contra el cura Agustín Rosa en la provincia de Salta.

Son dos denuncias que se hicieron públicas por un informe emitido anoche por el canal Todo Noticias y por las cuales derivaron en el apartamiento de sus responsabilidades en la Iglesia de la Santa Cruz en octubre del año pasado.

Lo más impactante del hecho es que en ese entonces se hizo presente una comitiva del Vaticano, liderada por el obispo de Quilmes, Luis Stöckler, quien luego de investigar el caso decidió apartarlo pero no realizaron la denuncia penal correspondiente por corrupción de menores.

Según la información obtenida el proceso se llevó a cabo de manera hermética al punto que cuando medios locales salteños abordaron al obispo Stöckler, el prelado había desmentido cualquier irregularidad.

La comitiva vaticana se entevistó con los jóvenes abusados por cuanto obtuvo de primera agua la información que vinculaba al sacerdote a aberrantes prácticas sexuales de abuso y dominación.

Además de las denuncias contra Agustín Rosa se suman las del sacerdote Nicolás Parma que también pertenecía al Instituto Religioso Discípulos de Jesús de San Juan Bautista dependiente del Arzobispado de Salta.

Las denuncias

Entre las denuncias presentadas se encuentra la del exnovicio Yir Gyurkovitz, contra dos sacerdotes de la Iglesia salteña por abuso sexual simple; y el de la exmonja Valeria Zarsa. Sus testimonios se convirtieron en denuncias en la justicia penal radicadas en la fiscalía Nº 2 de delitos contra la integridad sexual de Salta, a cargo de María Luján Sodero.

Valeria denunció al padre Rosa por amenazas coactivas, reducción a la servidumbre y abusos sexuales reiterados contra su persona y otros miembros de la comunidad.

Además ambos cuentan con 25 denuncias canónicas que incluyen abuso sexual de menores, corrupción económica y enriquecimiento, violencia psicológica y reducción a la servidumbre. Es por esto que el año pasado, Stöker había venido a analizarlas y se determinó apartar del cargo a Rosa, trasladándolo a Finca La Cruz. En aquella oportunidad también se apartó de la Iglesia de la Santa Cruz al padre José, que estaba como servidor mayor, y a la hermana María Luz.

Los testimonios

En el testimonio judicial de Yair consta que sufrió abuso por parte del cura Nicolás Parma, cuyo nombre religioso es Felipe. Hechos que sucedieron en el año 2012, en el instituto Santa Cruz. “Te voy a comer la boquita, te voy a partir en 8”, le decía.

“Me llamó una vez a su pieza, me pidió que duerma la siesta con él, yo le dije que no. Me dijo que me acueste en su cama. Él estaba tapado y yo estaba vestido. Empezó a besarme el cuello y a acariciarme la espalda y las piernas. Mientras hacía eso, se masturbaba. Sentía cómo se movía y cómo gemía”, según consigna TN.

Cuando sucedió esto, le escribió al padre Rosa contándole. Recibió su llamado, lo invitó a regresar al Instituto pero en la sede de Salta. Allí, Yair le cuenta a TN, que fue abusado al menos otras cinco veces por el propio Rosa.

En tanto que Valeria, de 43 años, una exmonja asignada a la institución denunció que fue víctima del padre Rosa. Trabajó durante diez años a su lado y fue su mano derecha en 1997. A fines del 2005, Valeria le contó al padre Rosa que habían llegado a sus oídos historias de abusos sexuales dentro de la Iglesia, pero no le pudo dar nombres. “Bueno, entonces esto es un chusmerío. No quiero saber más nada”, le contestó en aquel momento Rosa.

Valeria denunció cómo fue que el padre abusó de ella luego de una reunión: “en una ocasión estábamos en una habitación de un convento en Toluca, Estado de México. Estando mi Superiora, la hermana María Luz, de nombre civil Daniel Mónica Olmos, el padre Rubén Agustín Rosa Torino me dijo que quería probar si a las monjas le quedaban mejor los cinturones que los cíngulos (cordones que se usan alrededor de la cintura) y en el momento en que mi superiora entra al baño de esa habitación, él se saca su cinturón y lo pasa por detrás de mi espalda diciendo: “Quedate quieta”. Mientras lo hacía, hundió su rostro en mi pecho, en clara actitud sexual intimidatoria, abusando de su poder”.

“Yo le grité asustada: ‘No, ¿qué hace Padre?’, le dije y lo retiré, con esfuerzo, de encima mío. Los minutos posteriores no los puedo recordar. Sólo sé que me subí a la camioneta y arranqué mientras mi superiora me decía una y otra vez por celular que vuelva, que el pobre Padre estaba tenso, que lo entendiera, que estaba solo, que los hermanos le habían hecho muchísimo desprecio. Regresé, pero no quise subir de nuevo a su habitación”.

Valeria volvió a la Argentina en 2010 y terminó quedándose. La aislaron, no tenía permiso para hacer nada. “La trataron de loca”. En 2014 abandonó el Instituto.




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