Iglesia: la denuncia contra sacerdote coreano que apunta a dos obispos

By L. Zapata And P. Moreno
La Tercera
October 22, 2018

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Obispo emérito de Valparaíso, Gonzalo Duarte, declaró como imputado.

[Accusations against Korean priest in Chile may point to two bishops]

Fue durante los allanamientos al Arzobispado de Santiago, en junio y agosto pasado, cuando el fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias, incautó una carpeta con denuncias de eventuales abusos sexuales que involucran al sacerdote coreano Pablo Park, de la orden de los San Columbanos. Estos antecedentes fueron los que el persecutor puso a disposición de la Corte de Apelaciones de esa ciudad para justificar el allanamiento al Obispado de Valparaíso, efectuado el 13 de septiembre, con miras a los alegatos de este martes, donde se analizará el recurso de protección interpuesto por esa diócesis, reclamando por la legalidad de la diligencia.

Según el argumento del persecutor, se trata de una carta, fechada el 13 de diciembre de 2016 y escrita por la madre de dos adolescentes presuntamente abusadas por el presbítero, que “fue enviada a don Fernando Ramos Pérez”, obispo auxiliar de Santiago y actual administrador apostólico de Rancagua.

En la denuncia, la mujer relata que entre 2010 y 2011 las menores, que en esos años asistían a catequesis en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, de Valparaíso, supuestamente subían al auto del sacerdote Park, donde éste “les realizaba tocaciones”, señala el escrito ingresado al Poder Judicial.

El documento añade que se realizó una investigación por parte de la Vicaría del Maipo, la que habría determinado la inocencia de Park, concluyendo que sus expresiones tenían relación con “una cultura diferente, un modo distinto de expresar el cariño y que el padre Park, comenzará un tratamiento psicológico”, acotando luego que, tras las diligencias, el coreano fue trasladado a Alto Hospicio.

Arias asegura que las víctimas enviaron una carta al entonces obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte, “de la cual nunca tuvieron respuesta”, agregando que no se habría seguido la normativa de la Iglesia, ni tampoco de la justicia penal.

Esto, a juicio del persecutor, fundamentalmente la mención a dos obispos (Ramos y Duarte) hizo necesario el allanamiento al Obispado de Valparaíso. Con estos argumentos la fiscalía pretende que la corte rechace el recurso de protección y deje sin efecto la orden de no innovar, presentados por la Iglesia de Valparaíso, que mantiene paralizada la causa desde principios de octubre.

El pasado 3 de agosto, la Sociedad Misionera San Columbano emitió un comunicado sobre Park, informando que el 16 de abril hubo una nueva denuncia en su contra, y tras ser hallada “verosímil”, se enviaron los antecedentes al Vaticano y se le restringió el ministerio.

“Soy inocente”, dijo hoy, en la fiscalía de Rancagua, el obispo emérito de Valparaíso, Gonzalo Duarte, tras declarar como imputado por el presunto encubrimiento de los eventuales abusos que habría cometido el excapellán de la Fuerza Aérea, Pedro Quiroz.

Sobre las imputaciones relacionadas con el sacerdote coreano Pablo Park, Duarte guardó silencio, argumentando que no poseía los antecedentes, por lo que se reagendó una segunda cita en la fiscalía, para noviembre. Insistió en que “no soy encubridor de nada”. Y, por estar imputado , sostuvo que “me siento incómodo”.

En tanto, el sacerdote Jorge Laplagne declaró en calidad de imputado por presunto abuso sexual cuando estaba a cargo de las parroquias San Crescente, de Providencia, y Nuestra Señora de Luján, de Nuñoa. Su testimonio se extendió por cuatro horas ante el fiscal Sergio Moya. Al término de la diligencia, negó las denuncias en su contra y sostuvo que el hecho de estar imputado “obviamente que es doloroso para la Iglesia, pero cuando esto termine, yo voy a dar mi declaración”.