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El contraataque de la “Cofradía”

By Leyla Zapata
La Tercera
November 10, 2018

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El pasado fin de semana, Gino Bonomo realizó su primera misa en la parroquia de Pumanque, luego de que la Iglesia levantara su suspensión.

[The counterattack of the "Brotherhood:" two priests resume their parish duties]

Dos sacerdotes sobreseídos por la justicia retomaron sus funciones en las parroquias de La Compañía y Pumanque. La Defensoría Penal Pública solicitará la misma acción en favor de otros dos presbíteros imputados.

“Bien, bien, gracias, pero no doy entrevistas!”. Eso fue lo único que dijo el sacerdote Aquiles Correa, antes de cerrar la puerta de la sala en la que lo esperaban los feligreses de La Compañía, en la Región de O’Higgins, para iniciar la reunión de coordinación pastoral.

Él, junto al presbítero Gino Bonomo, de la parroquia de Pumanque, fueron reintegrados a sus labores sacerdotales luego de que el Juzgado de Garantía de Pichilemu los sobreseyera de los delitos que se les imputaban en torno a la llamada “Cofradía”. Se trata del grupo de 17 sacerdotes que comenzó a ser cuestionado en mayo pasado por conductas “reñidas con su investidura”, de los cuales los antecedentes de solo uno llegaron al Vaticano, por eventual abuso.

El párroco de San Vicente, Fernando Armijo, era considerado como “la abuela”, supuesto líder de la presunta organización que denunció un programa de televisión. Pero también fue sobreseído por el tribunal. Sin embargo, a diferencia de los otros dos, Armijo no regresó a la parroquia San Juan Bautista, de San Vicente. Y ese no retorno es el comidillo en la plaza del pueblo.

“Fue sobreseído en la justicia de los hombres, no en la canónica, donde aún se investigan supuestas conductas reñidas con el celibato”, señalan en el Obispado de Rancagua.

“El padre Armijo fue sobreseído, no hay culpa en él”, dice Carmen Camilla, una feligresa, mientras que María Cristina Gamboa se pregunta “quién soy yo para juzgarlo, si no hay mayores antecedentes”, aunque reconoce que antes de su partida, por la suspensión impuesta por la Iglesia, había una baja asistencia a misa.

“Había algo que no me gustaba. Ahora vengo porque hay un nuevo sacerdote (…) El padre Luis es espectacular. Al padre Fernando le faltaba mucha motivación a la gente ”, considera Doris Campo.

Yoli sale rauda del templo, no quiere hablar, pero se convence y dispara: “Estamos todos afectados (…) es una persecución contra la Iglesia. Esto demuestra que primero hay que investigar bien antes de hacer y decir cosas”, agrega Rosa Tobar.

Ese es justamente el tema que se comienza a esparcir por la zona. Primero, catorce curas, o más, suspendidos e investigados; se dijo, se habló y se denunció. Pero hasta ahora, nada en concreto de la llamada “Cofradía”.

Aplaudido en Facebook

Aquiles Correa “retornó justo a tiempo” para preparar la fiesta de la Inmaculada Concepción, dice uno de los trabajadores del templo, que recibirá mandas y procesiones el próximo 8 de diciembre.

En La Compañía, donde se ubica el edificio del mismo nombre, aplaudieron la llegada de Aquiles Correa. Incluso en Facebook celebraron el retorno del cura, aunque no todos los vecinos piensan lo mismo. “Yo lo conozco desde que estaba en el seminario y por respeto al pueblo no debió haber vuelto”, dice la locataria de un negocio ubicado junto al consultorio local. Aunque en el almacén contiguo su dependienta insiste en que “todo el mundo estaba esperando que volviera”.

Afuera, dos ancianos. Raúl Acevedo y Abraham Sepúlveda, relatan entre risas cómo -en otros tiempos- los patrones de los fundos despedían a quienes le confesaban al cura de La Compañía “haber robado unos kilitos de trigo de la cosecha”.

En Pumanque, en tanto, parecieran estar más unidos en torno a la figura del presbítero Gino Bonomo. Es un pueblo silencioso, con aroma a vino y brisa marina. Allí no había dobles lecturas sobre lo ocurrido al párroco, que se reintegró a sus funciones y muy molesto dijo tajante: “No doy entrevistas”, antes de cerrar el pórtico de la remozada parroquia Nuestra Señora del Rosario (en la foto). Los pumanquinos defienden a Bonomo de “las acusaciones injustas”, dice Sonia Padilla, mientras friega las ollas del restaurante “La Rueda”. Su dueña, Adriana Muñoz, insiste en que “estamos muy contentos con su retorno, porque lo queremos mucho”.

Los que quedan

La Defensoría Penal Pública de O’Higgins espera conseguir nuevos sobreseimientos de sacerdotes en la audiencia fijada para el 15 de noviembre, que fue solicitada para discutir la situación del vicario de San Agustín de Rancagua, Hugo Yáñez, y del párroco de Chimbarongo, Miguel Ángel Riveros. “Creemos que para esa fecha estaremos en condiciones de pedir el sobreseimiento de otros tres sacerdotes”, anticipa el jefe jurídico , Víctor Providel.

En paralelo, el obispado de Rancagua informó que Hugo Yáñez y el párroco de Coltauco, Sergio Farías, también retomarán sus labores parroquiales tras el cierre de las investigaciones eclesiales previas, en las que se estableció que “las denuncias recibidas no son verosímiles”.




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