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México: 152 sacerdotes suspendidos por abusos

By Georgina Zerega
El País
February 20, 2019

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El Papa recibe a Rogelio Cabrera en 2013 en el Vaticano.
Photo by Franco Origlia

[Mexico: 152 priests suspended for abuse]

La Iglesia crea una comisión para investigar la pederastia y romper con el silencio

Con la cumbre de pederastia del papa Francisco sobrevolando, los años de indolencia de la Iglesia mexicana parecen entrar en un terreno desconocido hasta ahora: el de la acción. Tras, al menos, seis décadas de silencio e impunidad, la conferencia episcopal mexicana abre una instancia para investigar los casos de abuso sexual, ha comunicado la suspensión de 152 sacerdotes en nueve años por “agravio a menores” y se ha reunido con víctimas y organizaciones civiles. Pero el pasado de encubrimiento y desdén que caracterizó a la institución genera un clima de incredulidad que se atisba difícil de disipar.

Por más pequeños que parezcan los pasos que ha dado la conferencia episcopal del país norteamericano este 2019, han sido significativos si se los compara con el letargo de las últimas décadas. La instalación del Equipo Nacional de Protección de Menores el pasado 7 de enero supone un punto de inflexión. Ni los diferentes gobiernos ni la Iglesia mexicana, con la segunda comunidad católica más grande del mundo tras Brasil, había planteado hasta el momento una investigación en profundidad sobre abusos en el clero.

El encubrimiento durante décadas de depredadores como Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, ponía en duda las intenciones y capacidades de la institución. El Equipo Nacional de Protección de Menores tendrá ahora que emitir un diagnóstico a partir de “la recopilación de datos en las distintas instancias eclesiásticas y organizaciones dedicadas a estos temas”, según ha anunciado el episcopado a través de un comunicado el pasado 12 de febrero.

Desde la instalación de esa comisión, la Iglesia se ha reunido dos veces con víctimas y ha sacudido la prensa nacional con la suspensión de los 152 sacerdotes, de quienes no trascendieron los datos. Rogelio Cabrera López, presidente del episcopado mexicano, ha asegurado que se pondrá en contacto con la Fiscalía General de México para brindarle la información con que cuenta. “Nuestros archivos están abiertos para la autoridad civil”, señaló recientemente en el Senado mexicano. Hechos inauditos para una institución que hasta hace muy poco se mostraba reticente siquiera a hablar del tema.

“Esta coyuntura internacional es una oportunidad para demostrarnos a la feligresía y a la sociedad que de verdad quieren cambiar”, apunta Joaquín Aguilar, director de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes de México. Pese a que se desconocen las dimensiones de la pederastia en el clero de este país, la organización afirma haber atendido alrededor de 550 casos en los últimos 11 años. Un abultado número que choca con la realidad judicial. En México, según recuerda Aguilar, solo hay tres sentencias contra curas por delitos sexuales y unas pocas causas abiertas.

Tanto los miembros de la red de víctimas como otras personas que también se reunieron con el episcopado señalan que su intención en esta cumbre vaticana es solicitar más facultades sobre las diócesis, instancias que remiten los casos de pederastia al Vaticano. Cabrera López quiere al menos que se obligue a los obispos a reportar también ante la Conferencia Episcopal cada denuncia que haya, afirman.

Escepticismo hacia las intenciones

Pero el escepticismo hacia las intenciones de la Iglesia no se pasa de un día para otro. Las voces consultadas apuntan contra la conformación de la comisión de investigación. Si realmente se quiere investigar, asegura el exsacerdote Alberto Athié, es necesario que la instancia involucre a gente externa al clero, “incluídas las víctimas”.

La otra discusión alude a los 152 sacerdotes suspendidos. Cuando Cabrera López anunció que los curas habían sido retirados del ministerio eclesiástico no dijo si los casos habían sido llevados a la justicia o no. “A nosotros nos preocupan los victimarios. Queremos saber dónde están y qué sucedió con ellos. No queremos que nos digan ‘ya lo saque de la iglesia’ y listo”, critica Aguilar.

“En aras de la transparencia que quieren mostrar, estaría bien saber cuántos denunciaron ante las autoridades y de cuántas denuncias partieron, porque supongo que hubo casos en los que determinaron [por vía eclesiástica] la inocencia de los sacerdotes y no se avisó a las autoridades”, dice Jesús Romero Colín, víctima del cura Carlos López Valdés, sentenciado por abuso sexual a 62 años de prisión.

“Aún si Cabrera tuviera la mejores intenciones, él responde al Vaticano y si el Vaticano le dice ‘acata estas medidas’, tiene que acatar”, comenta Romero Colín. De lo que pase en esta cumbre sobre pederastica en el Vaticano dependerá el futuro de la tímida lucha de la Iglesia mexicana contra la pederastia.

 




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