Después de ser detenido por elementos de la Policía Federal Ministerial el sacerdote Henry David Betancourt Morales fue traslado al Centro de Reinserción Social de Puebla (Cereso) de San Miguel, en la capital estatal, acusado de los delitos de pederastia y pornografía infantil.
El cura fue aprehendido la noche del jueves 6 de febrero en el oratorio San Juan Bosco, ubicado en la capital estatal. La orden 3/2014 la ejecutaron agentes de la Procuraduría General de la República, luego de que el Ministerio Público federal acreditó que el religioso participa de una red de pornografía infantil.
Personal de la PGR realizó un cateo en las inmediaciones del oratorio salesiano Don Bosco, localizado en las calles 17 Poniente y 5 Sur de la Angelópolis, hallando en las computadoras y aparatos electrónicos videos y fotografías de menores.
Las diligencias confirmaron que Henry David Betancourt Morales participaba de una red de pornografía infantil, y que al parecer varias de sus víctimas son menores de edad que acudían a Don Bosco.
Este fin de semana el cura pederasta negó los cargos y dijo desconocer de qué delito se le acusa, informó su abogado Daniel Beltrán. El litigante advirtió también que la detención de su cliente fue “arbitraria” y que le fueron “violentados sus derechos humanos”. Aseguró que vio a Betancourt lastimado y bastante afectado.
“La congregación está bastante afectada; no sabemos de qué se le acusa ni él me ha sabido explicar. No se sabe por qué está preso”, indicó.
La casa rectora de los salesianos en la zona sur del país manifestó su extrañeza por la detención de uno de sus sacerdotes:
“Manifestamos ante la opinión pública que desconocemos el móvil de este procedimiento y continuamos mostrándonos dispuestos a colaborar con las instancias oficiales en todo lo que sea posible. Debido a que el proceso legal se está llevando a cabo a fin de no obstruir su curso y de evitar especulaciones erróneas, informamos que nos abstendremos de hacer declaraciones de cualquier índole en tanto no se emita un dictamen oficial sobre este procedimiento”, expresó la orden clerical en un breve comunicado.
En 2008 el semanario Proceso sacó a la luz que el rector mundial de la orden de los salesianos, en ese entonces el mexicano Pascual Chávez Villanueva, había encubierto al sacerdote Juan Manzo Cárdenas, acusado de abusar sexualmente al menos 50 menores de edad en León, Guanajuato, además de estar ligado en una investigación sobre la violación y asesinato de una menor de San Luis Potosí durante los años 90.
En Morelia el cura Francisco Bravo, quien laboraba en un colegio de la orden, fue acusado de pederastia y únicamente fue removido de su cargo. Se desconoce su paradero, al igual que de Servando Dávalos, otro clérico de Morelia acusado por el mismo delito.
Raúl Cabrera, otro salesiano, también fue transferido para protegerlo después de haber sido acusado de pedofilia en 1982.
¿Y Nicolás Aguilar?
El tiempo que tomó fincar pruebas a Henry David Betancourt Morales contrasta con la dilación que han tenido las autoridades con el cura Nicolás Aguilar Rivera, acusado de haber violado a más de 120 niños en México y Estados Unidos y quien se encuentra prófugo desde 2010.
Según integrantes de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), a Aguilar Rivera no se le ha detenido porque al momento de cometer sus crímenes fue protegido por el entonces obispo de la diócesis de Tehuacán Norberto Rivera Carrera, hoy cardenal.
En 2010 Aguilar Rivera fue visto en la Casa Alberione, un centro que, según integrantes de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual de Sacerdotes, encubre a presbíteros pederastas y es dirigida por el obispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez.
Erick Barragán Brugeño, presidente entonces de SNAP para América Latina, manifestó en 2010 que Aguilar Rivera, quien prestó sus servicios en la diócesis de Tehuacán en la década de los 80, habría ultrajado a otro menor del estado de Morelos apenas salió de la Casa Alberione.
“Nosotros tenemos otra víctima que nos comentó que estaba en Morelos en un colegio seminarista, y hay otras seis víctimas que no han denunciado, pero hemos platicado con sus familias que nos han hablado del mal estado emocional en el que se encuentran”, apuntó en una entrevista que fue dada a conocer en ese tiempo por la corresponsal en Puebla de la cadena de noticias Radio 13.
Sobre la Casa Alberione, Erick Barragán Brugeño expresó: “Tengo conocimiento de que estuvo ahí (Nicolas Aguilar) hace años, desde antes de que se fuera a la Ciudad de México, fue a parar ahí cuando regresó de Estados Unidos, se fue a Durango a trabajar en un seminario y ahí se regresó a Puebla y de Puebla a Guadalajara y de ahí a la Ciudad de México; se salió de ahí. Regresó a Puebla y no se sabe qué ha pasado”.
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