Feliciano Miguel Rosendo da Silva, un vigués «elegido por Dios» que empezó en una herboristería

ESPANA
La Voz de Galicia

Feliciano Miguel Rosendo da Silva, vigués de 55 años, creía que era un elegido de Dios, «la reencarnación de San Miguel Arcángel». Así lo definen personas que vivieron con él durante los años que lideró la asociación San Miguel Arcángel de Oia y otros que aún tienen familiares atrapados en el grupo que formó tras dejar de ser bendecido por la Iglesia. Para impresionar a sus fieles simulaba hablar en arameo. Formaba un círculo con sus seguidores y algunos parecían entrar en trance, llegando incluso a vomitar y desmayarse. Era un hombre con gran capacidad de atracción y convicción, por lo que llegó a tener centenares de seguidores bajo su mando. Ejercía un dominio omnímodo sobre el colectivo.

Construyó un mundo intramuros, tras las conocidas por sus seguidores como «las murallas de Jerusalén», que cercaban la casa con torreón almenado de su propiedad ubicada en el municipio pontevedrés de Oia y que fue creciendo a la par que sus fieles. Comenzó a ganarse simpatías en la trastienda de una herboristería del barrio vigués de O Calvario. Al calor de estos encuentros fue como nació el coro San Miguel, que posteriormente derivó en el grupo San Miguel Arcángel. El líder religioso, finalmente apartado por la Iglesia por su conducta presuntamente inmoral, ofrecía toda clase de rituales y pócimas a quienes se acercaban a su tienda.

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