CHILE
La Vanguardia
[Much anger in southern Chile over bishop appointment – The Tribune]
[A Chilean bishop is protected by bodyguards and police dogs.]
SANTIAGO DE CHILE. (Ap).- Los feligreses de una diócesis del sur de Chile se reúnen allí donde aparece su nuevo obispo, pero su presencia no es el tipo de reunión que esperaría la Iglesia católica. En un mes que el obispo Juan Barros lleva instalado en Osorno, ha tenido que salir a hurtadillas por puertas traseras, ha tenido que llamar a la policía antidisturbios y protegerse con escoltas y la ayuda de perros policía.
El nombramiento de Juan Barros por el papa Francisco ha provocado una ola de protestas sin precedentes. Más de 1.300 feligreses, 30 sacerdotes diocesanos y casi la mitad del Parlamento de Chile han enviado cartas instando al Papa a reconsiderar su decisión.
¿El motivo? Se cree que el nuevo obispo protege al pedófilo más conocido de Chile.
Al menos tres hombres afirman que Barros estaba presente cuando sufrieron abusos sexuales en los años ochenta y noventa por parte del sacerdote Fernando Karadima. Este fue sancionado por el Vaticano en el 2011 y obligado a residir en un convento de monjas. Juan Barros dijo no saber nada del asunto.
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