Pastor abusaba de niñas en nombre de Dios

CHIHUAHUA (MEXICO)
Zócalo [Saltillo, Coahuila de Zaragoza, Mexico]

February 11, 2012

By Agencias

Ayer inició el proceso por violación contra José Manuel Herrera Lerma, dirigente de una secta religiosa…

El Heraldo de Chihuahua / Delicias, Chih.- Aún quedan más casos

por denunciar en contra de José Manuel Herrera Lerma, pastor de la

secta Sendero de la Luz, quien actualmente enfrenta un proceso penal

por el delito de violación con penalidad agravada en contra de dos

jóvenes que son hermanas.

El caso ha dado mucho de qué hablar, no sólo en el municipio sino a

nivel nacional, ya que se dio a conocer de manera reciente que las

hermanas son sobrinas políticas del imputado, pero además de que la

madre de las jóvenes puede ser responsabilizada, ya que se dijo que la

mujer consentía los actos sexuales efectuados a sus hijas.

Dicho acontecimiento ha sido tomado a cargo del Centro de Derechos

Humanos de las Mujeres, AC (Cedehm), quienes explicaron que el

incidente fue denunciado ante su asociación desde el año pasado, por lo

que se les brindó a las víctimas contención psicológica e información

legal para que pudieran denunciar los hechos, lo que se hizo de manera

formal el pasado 16 de enero del 2012.

Herrera Lerma fue detenido el domingo 5 de febrero, el 6 de febrero se

llevó a cabo la audiencia de control de detención, misma que no fue

notificada a las defensoras de las víctimas, quienes aseguraron -entre

otras irregularidades- que el Ministerio Público omitió realizar

diligencias fundamentales para una adecuada investigación tendiente a

acreditar los ilícitos denunciados, que no se brindaron órdenes de

protección a las víctimas y sus familias, así como el hecho de que no se

giró oficio a la Secretaría General de Gobierno para que investigue a la

iglesia Sendero de Luz en Delicias y proceda a la clausura de casa

habitación que continúa en uso por la esposa e hijas del imputado.

Por lo mismo, se le pidió a la Fiscalía General del Estado (FGE) cumpla

con los acuerdos que tomó con las abogadas coadyuvantes del Cedehm

para preservar la integridad de las víctimas y su acceso a la justicia,

puntos que volvieron a ser pedidos en la tarde del viernes 10 de febrero,

fecha en la que se realizó la vinculación a proceso.

Las pervertía en nombre de Dios.

La relatoría que hicieron las víctimas y sus familiares a las abogadas

coadyuvantes del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres dejan

claro el nivel de manipulación y sometimiento que ejercía el pastor

sobre ellas.

Los nombres que a continuación se mencionan fueron cambiados para

proteger la identidad de las víctimas por tratarse del delito de

violación.

La pesadilla de Lupita y de Carmen empezó en 1997, cuando tenían

cinco y seis años, respectivamente. Su mamá Hortencia se acababa de

divorciar de un hombre golpeador, que la violentaba mucho.

Para sacarla de la depresión en la que estaba, una prima invitó a

Hortencia a cambiar su domicilio a Delicias e integrarse a la iglesia

Sendero de Luz. La señora se llevó consigo a sus dos hijas y fue tanto su

acercamiento a la congregación que pronto se convirtió en tesorera de

la iglesia.

La enseñanza que recibieron la señora y las niñas, tanto en los cultos

como en la escuela bíblica, fue que las mujeres debían someterse sin

condiciones a todas las indicaciones del pastor, con fe ciega; de lo

contrario, serían estrellas errantes, condenadas al infierno.

El pastor les decía que si no creían en lo que él les decía, la maldición

no sólo caería sobre ellas, sino en toda su familia. Herrera Lerma

interpretaba pasajes de la Biblia a su conveniencia, para amenazarlas si

no lo obedecían.

Cuando tuvieron su primera menstruación, a los once años, primero

Carmen y después Lupita, se convirtieron en siervas de Dios. Esta

“bendición”, como les remarcaban, implicaba acudir sistemáticamente a

sesiones con el pastor.

Las sesiones, a las que llamaban “terapéuticas”, consistían en francas

violaciones. El hombre se transformaba en “mensajero de Dios” y con

acento portugués y los ojos desorbitados les decía que tenían el

privilegio de proteger a la iglesia y a su pastor.

Les daba masajes y las obligaba a ver películas pornográficas para

“enseñarles” cómo debían tratar a sus maridos cuando se casaran.

También les aseguraba que las relaciones sexuales que tenía con ellas

eran “curativas”.

Una de las hijastras del pastor llevaba los registros de las fechas en que

menstruaban las adolescentes. Sólo dejaban de ir a las sesiones cuando

estaban menstruando y los días posteriores en que eran fértiles. El

resto del mes debían acudir cada tercer día. Cuando apareció la píldora

del día siguiente, se las administraban después de cada violación.

Aunque estaba convencida de que si no obedecía se iría al infierno, a

Lupita no le gustaban las aberraciones sexuales a las que era sometida

por el pastor. Por eso se escapó varias veces. La última fue a finales del

2010, cuando regresó a la capital con unas tías.

La rebeldía de la joven llamó la atención de su tía Laura, quien le

preguntó directamente si el pastor la obligaba a tener relaciones

sexuales con él. Fue tanto su asombro de que la tía estuviera enterada,

que le contó todo. Resulta que Laura también había sido violada por

Herrera Lerma en un acercamiento que tuvo con la iglesia, pero no

denunció por pena y porque pensó que era la única víctima. Ella dejó la

congregación hace tiempo y a nadie le contó lo sucedido.

Cuando Lupita le dijo a su tía lo que ocurría en Sendero de Luz, Laura

fue a Delicias y rescató a su hermana Hortencia y a su sobrina Carmen.

Aunque fue difícil porque ambas estaban muy sometidas al pastor, las

convenció de que lo que ahí se estaba cometiendo era delito de

violación y aceptaron regresar a Chihuahua.

Desesperada, nadando entre la rebeldía y la depresión, Lupita llegó al

Centro de Derechos Humanos de las Mujeres a solicitar ayuda

psicológica a mediados del año pasado. Fue hasta entonces que le puso

nombre al delito de violación.

Su hermana Carmen llegó al Centro dos semanas después, acompañada

de su mamá y de sus tías. En el proceso terapéutico en el que se

encuentra, Hortencia todavía no puede entender por qué se sometió

tanto al pastor. Siente culpa y mucho miedo, pero está decidida a

respaldar a sus hijas.

Con el apoyo de su familia, las dos jóvenes, de 20 y 21 años, decidieron

denunciar el caso por la vía penal y solicitaron la coadyuvancia de

Erika Mendoza, Irma Villanueva y Lucha Castro, abogadas del Centro

de Derechos Humanos de las Mujeres.

La denuncia se interpuso el 16 de enero del presente año, después de

que las abogadas se entrevistaron con el fiscal general Carlos Manuel

Salas para pedirle que el Ministerio Público maneje el caso con la

pertinencia correspondiente.

La Fiscalía General nombró a las licenciadas Marcela Torres Knight y

Corina Heredia como agentes especiales del caso. Ellas integraron la

carpeta de investigación. Hicieron peritajes médicos y psicológicos.

Las abogadas coadyuvantes pidieron un cateo al local de Sendero de

Luz para resguardar la escena de los delitos, pero sorpresivamente se

enteraron que el pastor fue detenido sin que se llevara a cabo ese

procedimiento, fundamental para el proceso penal.

La audiencia de control de detención se llevó a cabo el lunes pasado en

Delicias, pero ni la Fiscalía ni el Poder Judicial avisaron a las abogadas

coadyuvantes.

De acuerdo a un boletín que emitió ayer el Centro de Derechos

Humanos de las Mujeres, al reclamar se enteraron que fue la Lic. Nava,

coordinadora de Delitos Sexuales y contra la Familia en Delicias, quien,

ajena a la estrategia legal que construyeron las coadyuvantes con las

fiscales especiales, decidió solicitar la orden de aprehensión y la

audiencia de control de detención, sin notificar a las representantes

legales de las víctimas.

En el boletín, las abogadas del Centro hacen varios reclamos a la

Fiscalía:

1.- No fueron notificadas de la audiencia de control de detención,

violentando los derechos de las víctimas a tener una representación

legal, de calidad.

2.- El Ministerio Público omitió realizar diligencias fundamentales para

una adecuada investigación tendiente a acreditar los ilícitos

denunciados.

3.- No se brindaron órdenes de protección a las víctimas y sus familias,

por lo que ahora están en mayor vulnerabilidad y deben permanecer

ocultas.

4.- No se giró oficio a la Secretaría General de Gobierno para que

investigue a la iglesia Sendero de Luz en Delicias y proceda a la

clausura.

5.- Contrario totalmente a los derechos fundamentales de las víctimas,

reconocidos en la legislación nacional e internacional, indebidamente

se hizo pública información que única y exclusivamente tenía en su

poder la Fiscalía y a la cual le habían solicitado total secrecía.

En el mismo boletín, el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres

exige a la Fiscalía y al Poder Judicial lo siguiente:

1.- En cumplimiento de las modificaciones del 2011 a la Constitución

Federal relativa a los derechos humanos, se preserven los derechos de

las víctimas, tomando como base los lineamientos de la Cedaw, Belem

Do Pará y las Reglas de Brasilia para la administración y procuración

de justicia de este caso.

2.- Que la audiencia de vinculación a proceso se realice en privado y se

garantice la participación activa de las acusadoras coadyuvantes.

3.- Se brinden las medidas de protección a las víctimas y sus familias.

4.- Que la Fiscalía General del Estado cumpla con los acuerdos que

tomó con las abogadas coadyuvantes del Centro para preservar la

integridad de las víctimas y su acceso a la justicia.

5.- Que todas las audiencias del proceso penal se realicen en la ciudad

de Chihuahua, para mayor seguridad de las víctimas y su familia.

Las abogadas coadyuvantes están convencidas de que este caso es

apenas el hilo de una madeja enorme, donde hay muchas más víctimas.

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