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September 28, 2004
By UPI Chile
SANTIAGO, Chile, Septiembre 28 (UPI) — El juez Juan Manuel Escobar debe resolver próximamente la situación procesal del sacerdote mexicano Estanislao Olivares, acusado de presuntos abusos sexuales.
El religioso católico quien se desempeña en la Parroquia San Jerónimo de la localidad rural de Alhué de la Provincia de Melipilla (70 kilómetros al sur-oeste de Santiago) fue denunciado en julio pasado por la familia de un niño de 11 años, que fue acólito del templo.
Olivares de 54 años, conocido por los fieles de la zona como el “padre Lao”, era requerido por el titular del Primer Juzgado de Letras de Melipilla, Juan Manuel Escobar, luego que en junio pasado, la madre de M.S.G acusó al clérigo de aprovecharse de la confianza de su hijo y tocar la zona genital del menor de edad.
Al respecto, la Iglesia Católica emitió una declaración pública en la cual el Obispado de Melipilla reitera la disposición a colaborar con los tribunales para que se esclarezcan los hechos imputados en la investigación de presuntas conductas impropias atribuidas al párroco.
La instancia eclesiástica relató que el sacerdote se presentó voluntariamente ante el Primer Juzgado de Letras de Melipilla y quedó recluido en la cárcel local.
El obispado expresó que el sacerdote se declaró inocente de los cargos que se le formulan y que los antecedentes del caso fueron enviados a la Santa Sede para que ésta decida si cabe iniciar un juicio canónico, sin perjuicio de las acciones civiles que se lleven a cabo.
El juez Escobar interrogó el lunes al sacerdote, quien regresó días antes de Usila, México, donde estuvo de vacaciones desde junio pasado en casa de su familia.
En caso de prosperar el juicio, el clérigo mexicano podría ser condenado a pena aflictiva como autor del delito de abuso sexual contra un menor de edad.
El sacerdote involucrado en este hecho pertenece a la orden religiosa de los Misioneros Combonianos.
Hechos similares han afectado en el último tiempo a religiosos chilenos, en cuyas causas ya se han dictado procesamientos o condenas.
Tal es el caso del sacerdote de la Cuarta Región, René Peña Benítez, acusado de abusos sexuales.
En fallo unánime, la Segunda Sala de la Corte Suprema, responsabilizó a Peña de efectuar tocaciones y frotaciones en los genitales de un paciente que estaba en coma en la UCI del hospital San Pablo de Coquimbo.
Los hechos investigados por la fiscalía de ese puerto de la Cuarta Región, determinaron que la víctima identificada con las iniciales F.B.V., de 20 años, se hallaba en estado inconciente en el mencionado recinto asistencial.
Otro caso es el del ex sacerdote José Andrés Aguirre Ovalle, condenado a 12 años de presidio como autor de los delitos de estupro y violación de niñas que asistían a una parroquia en Quilicura, al norte de Santiago.
La Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago también le impuso el pago de una indemnización de 100 millones de pesos por concepto de daño moral a las menores ultrajadas.
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