Confiesan dos jóvenes asesinato de sacerdote

DURANGO (MEXICO)
Reforma [Mexico City, Mexico]

February 25, 2003

By María Elena Sánchez

[Via vLex] 

TORREON / Coahuila

Luego de que el sacerdote José Rogelio Carrillo Valenzuela, de 46 años, fue asesinado el viernes en una colonia popular de esta ciudad, ayer dos jóvenes se declararon confesos del homicidio, por lo que el Juzgado Primero del Ramo Penal ordenó su arraigo por 10 días.

Este es el segundo asesinato de un sacerdote católico que se registra en esta ciudad, el primero fue el del Padre Ignacio Flores Gaytán, el 15 de enero del 2000, y al haber obtenido sentencia absolutoria los dos inculpados, su crimen permanece impune hasta la actualidad.

Juan Enrique Rentería Aguilar, alias “El Keenworth”, y Jesús Herrera Reyes, “La Cotorra”, ambos de 18 años, declararon que el viernes en la madrugada, en la Alameda Zaragoza, se les acercó Carrillo Valenzuela a bordo de un automóvil Stratus modelo 2001 y les ofreció 400 pesos a cada uno a cambio de tener relaciones sexuales con los dos.

Tras aceptar el ofrecimiento, los dos jóvenes subieron al auto desconociendo que era sacerdote, compraron cervezas y se trasladaron hasta un domicilio de la colonia Prados del Oriente, en donde además de ingerir bebidas embriagantes consumieron mariguana.

En su declaración señalaron que mientras esperaron a que Carrillo Valenzuela salga de una recámara, acordaron asaltarlo, pero al considerar que podrían ser identificados optaron por matarlo y que para ello lo lesionan primero en diferentes partes del cuerpo con dos cuchillos que portaban, y luego le impieron que respirara al colocarle una almohada sobre el rostro.

“La causa de la muerte fue anoxemia por sofocamiento, según el dictamen que nos da el médico legal, no es la causa de la muerte la puñalada, de acuerdo a la mecánica de los hechos que tenemos bien establecida, fue primero una lesión en ambas muñecas, luego una en omóplato derecho, después una lesión en cara anterior de cuello, posteriormente le clavan el cuchillo en la cara anterior de cuello, está sometido boca abajo, lo presionan con una almohada contra la cama hasta que deja de respirar”, explicó Carlos Durán, secretario técnico de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Tras cometer el crimen, los jóvenes salen de la casa, propiedad de una familia era amiga del sacerdote y cuyos miembros estaban fuera de la ciudad, llevándose diversos objetos, así como el vehículo de la víctima, el que finalmente sirvió para que las autoridades los localizaran, porque lo dejaron en una pensión.

Durán dijo que ambos jóvenes participaron en el crimen del sacerdote, por lo que ejercitarán acción penal por coautoría material y directa por homicidio calificado y robo en su modalidad agravante.

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