ARGENTINA
Clarin
25/09/13
Julio César Grassi no duró ni 24 horas en la Unidad 39 de Ituzaingó, adonde el lunes por la noche lo mandó detenido el Tribunal Oral N° 1 de Morón. Los jueces lo enviaron allí como deferencia por sus hábitos, ya que la cárcel queda dentro de su diócesis. Pero el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) evaluó rápidamente que ese lugar –de seguridad media– no era el adecuado.
Para ayer a la mañana, en el escritorio de los jueces del TOC 1 ya había un pedido de los penitenciarios para trasladar a Grassi a la Unidad 41, de Campana. Y así se hizo. Según fuentes del caso, el sacerdote fue destinado allí a un área en la que se concentran los ofensores sexuales. Estos, por la naturaleza de su delito, suelen tener problemas con otros presos.
Las primeras horas de Grassi en una cárcel fueron rutinarias. En Ituzaingó tuvo una entrevista con el grupo de evaluación y seguimiento y luego se lo asignó al sector de “Sanidad”. Es que, según se dijo, no había celdas disponibles. Luego de despedirse de sus abogados, que lo acompañaron en el traslado, se le asignó una habitación (con reja en lugar de puerta) para él solo. Por la mañana, desayunó un té con tostadas y mermelada y no tuvo tiempo para acomodarse porque se comenzó a preparar su traslado a Campana, donde se encuentran alojados otros presos conocidos, como Carlos Carrascosa.
Note: This is an Abuse Tracker excerpt. Click the title to view the full text of the original article. If the original article is no longer available, see our News Archive.