La Iglesia espera a la Corte de la Nación para el “juicio canónico”

ARGENTINA
Clarin

25/09/13
El padre Julio César Grassi podrá seguir celebrando misa –ahora en la cárcel de Campana–, pero de modo privado, tal como lo hacía hasta el lunes, cuando estaba cumpliendo con el régimen de libertad vigilada. Así se desprende del comunicado del obispado de Morón difundido ayer. En el texto nada se dice de la impartición de sacramentos, pero bien podría interpretarse que no puede realizar oficios que impliquen congregar gente y trámites parroquiales, como un casamiento o un bautismo, aunque quizá podría confesar porque sólo basta una persona más: el que quiere confesarse.

La única manera de que Grassi no pueda realizar ningún oficio religioso es que sea suspendido o expulsado del ejercicio del ministerio sacerdotal. Y para ello hace falta la sustanciación de un juicio canónico (eclesiástico) donde sea encontrado culpable de los cargos. El obispado anticipó que no lo iniciará “hasta tanto no haya una sentencia firme”. Es decir, hasta que se pronuncie la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la última instancia que le queda a Grassi para tratar de torcer su suerte. El cura llegó a argumentar ante los jueces que en un libro del caso hecho por un penalista había resultado “inocente” (ver foto).

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