Nosotros los jotos / El camote del cura

HEROICA PUEBLA DE ZARAGOZA (MEXICO)
Metro Monterrey [Monterrey, Nuevo León]

November 26, 2013

[Via vLex] 

Con un susurro en el oído, el cura Isidro le decía al joven Antonio Montes de Oca: “Quiero jugar con junior. ¿Lo dejas salir a jugar conmigo?”.

El adolescente respondía: “Pues despiértelo, padre”. Y el ministro metía su mano ungida por el sacramento sacerdotal en la bragueta de esa oveja del rebaño de Cristo a la que él mismo había llevado a la orilla del abismo.

“En un segundo, el padre estaba hincado frente a mí aplicándose como becerro hambriento”, recuerda mi tocayo, quien ha querido compartir con Nosotros los jotos esta historia de despertar sexual que tuvo lugar en la parroquia de San Martín, en su natal Puebla ¿de los Ángeles?

La aventura empezó en el 2000 como un abuso pederasta y luego se convirtió en un placer que el hoy chef de 26 años iba a buscar a la iglesia movido por las benditas hormonas que corrían por su sangre.

A los 13 años, Antonio era un estudiante de secundaria alto y de buena nalga que asistía inocente a la catequesis parroquial. En el grupo tenía dos amiguitos, Jonha y Pepe, con los que acompañaba al padre Isidro a la sacristía al terminar la doctrina.

“Cuando nos quedábamos solos, el padre empezaba a preguntarnos si estábamos circuncidados y si ya nos había salido el vello ahí, y luego si alguno practicaba la masturbación; yo le dije que sí, pero otro compañero dijo que no”, cuenta mi querido tocayo, quien me pidió publicar su nombre real.

“Después quiso saber si habíamos tenido alguna experiencia sexual, homo o hetero, y yo le dije que solo manoseos con los compañeros de la secundaria”.

¡Fuego de Sodoma: ruega por nosotros!, como diría mi admirado Fernando Vallejo.

Después de atizar así la llama del deseo adolescente, un buen día el padre Isidro llevó a sus adoctrinados a su recámara.

“Ahí nos dijo que si le podíamos mostrar nuestro viril, y desde luego nos dio pena pero dijo que no era nada malo, que él también nos enseñaría el suyo para ver quién lo tenía más grande”.

Cuando el hijo de los ángeles caídos sacó su camote de fresa, Antonio se excitó mucho y confirmó su adicción al dulce poblano porque el miembro del cura era “espectacular”.

El juego propuesto por el sacerdote con los juniors de sus jóvenes ovejas consistía en echar carreritas para ver quién llegaba más rápido al jardín del edén donde manan ríos de leche y miel; concurso en el que colaboró con sus artes de becerro hambriento hasta dejar secos a los muchachos.

“No tengan miedo, terminen en mi boca porque me encanta el semen”, casi suplicó el sacrílego comulgante.

Colmada la copa de Urano con esa obra de caridad que reza “deslechar al púber”, el ministro de Gomorra advirtió a sus iniciados que sería un secreto de confesión entre los cuatro y que cada vez que se les antojara fueran a visitarlo.

¡Esperma del Averno: socórranos!

Atizado con tales mañas el fogón del gozo, pesó más el deseo de volver al paraíso abrasador que el remordimiento, y Antonio visitó al cura Isidro durante los siguientes dos años.

“El padre tenía unos 35 años, era blanco y delgado con cuerpo como de gym, y tenía un viril muy rico”, confiesa mi querido lector. “La verdad sí me gustaba y era maravilloso estar con él; me acuerdo que me decía ‘Tú nada más goza, hijo’, mientras se sentaba sobre mí”.

Los amantes tuvieron que separarse solo porque la familia de Antonio se mudó a Campeche. Cuando el ya quinceañero se lo anunció a su lujurioso pastor, el cura le pidió que pasaran una noche juntos para despedirse.

“Ya te podrás imaginar lo que hicimos esa noche; hasta me bañé con él y despertamos desnudos”.

En el próximo choque de braguetas, señores míos, volveremos con la gallarda tropa: El querido lector Chacalito Mateo nos contará cómo lo contactaba un soldado para que le diera placer a sus compañeros, uno de los cuales lo dejó frío al quitarse el uniforme.

Por favor usen bici, compartan con Nosotros los jotos sus historias de cachondería y, sobre todo, usen condón.

Email: NosotrosLosJotos@yahoo.com.mx Twitter: @AntonioBertranR / Facebook: Antonio Bertrán Rodríguez

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