Astillero

MEXICO
La Jornada

Julio Hernández López

Ha sido encarcelado el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández, casi ocho años después de que comenzó a abusar de niños indígenas en Oaxaca (cuando menos 45 casos conocidos), y a cuatro años y medio de que el tema fuera expuesto y abundantemente demostrado ante el arzobispo José Luis Chávez Botello (quien redobló la protección a ese depredador sexual e intensificó el hostigamiento y castigo contra los religiosos denunciantes, nueve párrocos y un diácono).

El pasado 22, en reunión de temporada con periodistas oaxaqueños, el arzobispo Chávez Botello hubo de responder a preguntas sobre la orden de aprehensión girada por el juzgado séptimo de lo penal en la entidad y cumplida por la policía del gobierno de Gabino Cué, según notas publicadas en algunos diarios locales. Durante años, el jefe religioso regional había defendido con enjundia al sacerdote acusado de abusar de niños y jóvenes de zonas indígenas de Oaxaca. Chávez Botello no aceptaba ningún cargo contra el cura Silvestre Hernández, quien más de una vez había asegurado que tenía una gran cercanía personal con el arzobispo. Ahora, frente a acciones de la justicia civil que encontró indicios de lo que él nunca logró ver, a pesar de que se le hicieron llegar detallados testimonios y pruebas, el mismo Chávez Botello aseguró que la Iglesia católica no ha entorpecido la aplicación de la ley en cuanto a Silvestre Hernández y que, en todo caso, facilitaría que hubiera sanciones justicieras contra quien las mereciera (http://bit.ly/1ijFrtc).

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