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Hasta la “casa de reposo” ubicada en la comuna de San Bernardo, donde cuidan a Sor María Graciela Soto, arribó el pasado viernes el juez Mario Carroza.
En el lugar, le tomó las declaraciones a la religiosa que tiene 93 años de edad y que identificada por los querellantes como nexo en las adopciones irregulares que se habrían registrado en el Hospital Barros Luco, desde fines de los 70 hasta 1986.
Sor María Graciela reconoció al ministro en visita que no era la primera vez que era interrogada, ya en 2003 había prestado testimonio ante el 18° Juzgado del Crimen de Santiago, por similares acusaciones.
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