La Iglesia vuelve a encubrir al cura que un hombre denunció como su violador, 20 años antes, en un grupo católico juvenil. El Arzobispado de Santa Fe niega que haya sido un caso de abuso sexual de menores. Reacción del abogado de la víctima.
A más de un año de la denuncia por abuso sexual contra el ex cura de la Basílica de Esperanza, Luis Brizzio, por hechos cometidos hace 20 años contra un adolescente de la ciudad de Gálvez, su abogado desmintió y repudió un comunicado en el que el Arzobispado de Santa Fe indicó que lo padecido por la víctima “no fue abuso sexual de menores”. Si bien en agosto pasado el denunciante recibió la respuesta negativa de la Congregación de la Doctrina de la Fe, de Roma, en la que le notificaron que “analizadas las actas de la investigación previa, se concluye que al producirse el hecho era mayor de edad”; éste se sorprendió cuando la semana pasada leyó el comunicado publicado en el portal de noticias www.lavozdelaregionweb.com.ar. “Es evidente que la persona abusada por Brizzio era menor. Su padre se reunió con el entonces obispo Edgardo Storni en la época de los abusos y fue a declarar junto con su esposa a Santa Fe el año pasado. La manipulación que (el arzobispo José María) Arancedo ha hecho de esta familia es descomunal”, se quejó el abogado de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina, Carlos Lombardi. También preguntó dónde está ahora el presbítero denunciado.
Tal como la víctima le contó a este diario en febrero de 2015, dijo que él en esa época “tenía 16 o 17 años”. En Gálvez, Brizzio coordinaba el grupo de jóvenes de la iglesia local, a la que el adolescente asistía.
A principios de febrero de 2015, cuando se presentó la denuncia en el Arzobispado, el cura Brizzio fue separado de la Basílica de Esperanza y enviado a Buenos Aires. Alrededor de cuatro meses después, el Arzobispado envió a Roma el expediente con las declaraciones de la víctima, sus padres y las de otros testigos. Sin embargo, Lombardi protestó en varias oportunidades porque al denunciante no se le permitió tener acceso al expediente canónico, por lo que la parte no pudo controlar las pruebas reunidas en el mismo.
Tres meses después, les llegó como respuesta que no había delito por abuso sexual de menores. En su momento, el abogado dijo que a la víctima “se le notificó algo cocinado a miles de kilómetros de distancia, sin que se haya podido defenderse, y con una conclusión tremendamente falsa”. En aquel momento, el letrado dijo que la respuesta de la Iglesia reforzaba la idea de iniciar una denuncia penal.
La semana pasada -tal la publicación del portal mencionado- el arzobispo de Santa Fe firmó un comunicado que se envió a las instituciones relacionadas a la diócesis de la provincia, en el que asegura que según la investigación canónica, “no existió la figura de abuso de menores” por parte del cura Luis Brizzio. “Queridos hermanos: habiendo recibido la respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el recurso jerárquico presentado respecto a una denuncia por presunto abuso de menores contra el padre Luis Brizzio, he considerado conveniente comunicarles la determinación a la que ha llegado dicha Congregación. Luego del estudio de las actas de la investigación preliminar solicitada, como del recurso elevado, ratifica que no ha existido la figura de delito de abuso de menores, según lo determinan las Nuevas Normas reservadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe”, expresa el comunicado.
La respuesta del abogado de la víctima llegó rápidamente: “Volvemos a desmentir y repudiar los dichos del arzobispo Arancedo, quien al igual que la iglesia católica en Argentina continúa con su accionar ilegal y contrario a los derechos humanos ya que se ampara en su legislación para impedir que las víctimas de abuso sexual puedan ejercer sus derechos. Ese modus operandis trae como consecuencia no sólo la denegación de justicia y abuso de poder sino una nueva revictimización de las personas dañadas”, expresó a este diario.
Lombardi lamentó: “Dicen que la víctima no era menor de edad sin que sepamos cómo llegaron a esa conclusión. Es evidente, y los mismos hechos lo prueban, que la persona abusada por Brizzio era menor. Mi representado no tiene una sola constancia por escrito de los fundamentos de lo que Arancedo comunicó; otra señal de las torpezas, contumacia y autoritarismo de dicho jerarca que parece que no pierde la costumbre de proteger a sus subordinados de sotana”.
El letrado de la Red, dijo que “Arancedo sucedió a Storni y tampoco inició investigación alguna. Lo reconoce en el propio comunicado. La denuncia la recibió en 2015 por hechos de hace 20 años atrás. La pregunta que nos hacemos ¿por qué no investigaron durante esos 20 años, si ya conocían los hechos por boca del propio Storni? Desde 1983 rige el Código de Derecho Canónico que promulgó Juan Pablo II. El canon 97, inciso 1: “La persona que ha cumplido dieciocho años es mayor; antes de esa edad, es menor”. La víctima de Brizzio empezó a ser abusada a los 16 y así fue declarado no sólo por el padre sino por ella misma”. Y remarcó las normativas del derecho canónico de 1983 sobre abusos sexuales: “La relación pastoral o profesional constituye una zona prohibida porque alguien con poder (el sacerdote) establece una relación basada en la confianza. No importa quién inicie la relación ni cuán dispuesto diga haber estado para consumarla el menor o el mayor vulnerable: el sacerdote siempre tiene la responsabilidad de poner límites apropiados, a pesar de la situación o circunstancias (extracto del libro Abusos Sexuales en la Iglesia Católica de Jorge Listosella)”.
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