La acusación es por un hecho de larga data. Otras dos denuncias contra curas se sumaron ayer: una en La Pampa, otra en Salta.
Son más de sesenta, en todo el país, los casos públicos de sacerdotes condenados, detenidos o procesados por abuso sexual. En estas horas, la nómina creció con la detención, en la ciudad neuquina de Chos Malal, del cura de la Comunidad Salesiana Héctor Coñuel, quien está acusado de haber abusado “hace muchos años”, a un joven que vive en la localidad de Trelew, Chubut, que sufrió la agresión cuando era niño. Coñuel es reincidente en este tipo de delitos, porque fue condenado a cinco años de prisión por un caso similar en La Pampa, pero seguía en libertad porque la sentencia no está firme.
Entre los casos de reciente difusión, figura el de Juan Manuel Padilla, párroco de la localidad pampeana de Intendente Alvear, quien fue denunciado esta semana ante la justicia de General Pico. Mientras tanto, el Arzobispado de Salta dispuso apartar, mediante una medida cautelar, al cura Abel Eduardo Balbi, quien fue denunciado por el fiscal federal Eduardo Villalba, quien investiga denuncias contra el sacerdote por delitos de pedofilia y trata de personas.
La noticia sobre la detención, en Chos Malal, del cura Héctor Coñuel, fue dada a conocer por el obispo de Neuquén, Fernando Croxatto, por medio de un comunicado en el que señaló que la Congregación Salesiana “siempre estuvo a disposición para cooperar con la justicia”. El obispo aclaró que Coñuel vivía en Chos Malal desde 2017 por pedido de la Inspección Salesiana porque estaba en curso “el proceso penal canónico y el proceso penal secular, a raíz de una acusación por un supuesto hecho de abuso ocurrido en la obra salesiana acaecido en la ciudad de Trelew, diócesis de Comodoro Rivadavia”.
El pedido se fundó “en la necesidad de que (Coñuel) aguarde los resultados de ambos procesos en una obra salesiana en donde no tenga la responsabilidad institucional de un colegio”. Croxatto dijo que el permiso fue otorgado “no concediéndole (al imputado) las licencias ministeriales para el ejercicio público del ministerio sacerdotal”.
Este tipo de traslados y sanciones, dentro de la Iglesia Católica, han ocurrido en otros casos como el del sacerdote Julio César Grassi, que llegó a la Diócesis de Morón y luego a la Fundación Felices los Niños, precedido por denuncias de abuso sexual infantil, hechos que continuaron luego del cambio de residencia y la condescendiente amonestación.
El obispo neuquino dijo que “frente al desarrollo del proceso penal secular” contra Coñuel, la policía se presentó en la casa salesiana de Chos Malal con el mandato de proceder a la detención del mencionado sacerdote“. Agregó que “los delitos de abuso sexual ofenden a Nuestro Señor, causan daños físicos, psicológicos y espirituales a las víctimas, y perjudican a la comunidad de los fieles. Para que estos casos, en todas sus formas, no ocurran más, se necesita una continua y profunda conversión de los corazones, acompañada de acciones concretas y eficaces que involucren a todos en la Iglesia”.
La detención del sacerdote fue ordenada por la fiscal de Chos Malal Sandra González Taboada, que dispuso el traslado a Chubut del acusado. Lo que no se mencionó en el comunicado oficial y sí confirmó a la prensa el vicario inspectorial Vicente Tirabasso, es que Coñuel ya fue condenado a cinco años de cárcel por un delito similar, ocurrido en La Pampa. Como la pena fue apelada por sus abogados defensores, el cura seguía en libertad hasta ahora.
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